
En su regreso a la presidencia, Donald Trump reavivó la guerra comercial con China, relanzando su agenda proteccionista bajo el lema “Buy American, Hire American”. En su discurso del 2 de abril de 2025, anunció un nuevo paquete de aranceles del 54% a todos los productos chinos, junto con sanciones a empresas tecnológicas y restricciones a semiconductores y baterías. Otras economías también quedaron en la mira: la Unión Europea (20%), Japón (24%), Corea del Sur (25%), Suiza (31%), Vietnam y Tailandia (entre 36% y 49%).
La justificación fue proteger el empleo estadounidense, pero las repercusiones fueron inmediatas. China respondió con aranceles del 84% a productos de EE.UU, redobló su alianza con Rusia e Irán y busca reemplazar al dólar en el comercio internacional.
Los mercados globales reaccionaron en rojo: el Dow Jones cayó 4.000 puntos en dos días, el Nasdaq perdió un 11%, y los índices europeos y asiáticos bajaron hasta un 10%. El petróleo se desplomó ante expectativas de menor actividad económica, mientras que el oro subía como refugio.
Desde lo geopolítico, la Unión Europea y Japón criticaron la medida, mientras Alemania acusó a EE.UU. de promover una “desglobalización agresiva”. El G20 convocó reuniones de emergencia, mientras India y Brasil se posicionan para ocupar el lugar de China en algunas cadenas de suministro.
En este escenario, Argentina queda entre la incertidumbre y la oportunidad. La guerra comercial puede abrir espacio para exportar más carne y litio a China, pero también deprime los precios de la soja y el maíz. El riesgo país sube, el dólar se recalienta y el Merval cae. Preocupa el impacto en inflación por la suba del dólar.
La fragmentación global plantea riesgos, pero también posibilidades de posicionarse como proveedor estratégico de alimentos y minerales.
Para los inversores argentinos, la clave será diversificar, seguir cerca del contexto internacional y priorizar instrumentos dolarizados o ajustados por inflación.
Desde ENTRENANDO TUS FINANZAS, recomendamos ser cautos y mantenerse a la espera de una mayor claridad en el panorama internacional a la hora de tomar posición sobre todo en la renta variable. En el mientras tanto, para aquellos que tienen dinero destinado a largo plazo, cubrirse de la suba del dólar en Obligaciones Negociables es la mejor alternativa.
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